ARTÍCULO | LA DIMENSIÓN CORPORAL: PRINCIPIO FUNDAMENTAL DEL “GONG FA” Y EL DESARROLLO INTEGRAL DEL DEPORTISTA Y EL ARTISTA MARCIAL
- jose manuel B
- 3 ene 2024
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Actualizado: 4 ene 2024

La dimensión corporal: principio fundamental del “Gong Fa” y el desarrollo integral del deportista y el artista marcial
Dr. José Manuel Bezanilla
El cuerpo es la base y el fundamento de nuestra existencia en el mundo, es el contenedor de nuestra psique y lo que permite nuestra interacción y el desarrollo de la consciencia.
Somos seres “bio-psico-socio-culturales”, por lo que el cuerpo y los procesos biológico-fisiológicos son el origen y los límites de nuestra vida, así como las posibilidades de acción y desarrollo en el mundo, porque como dice Ferrer (s/a), la “… corporeidad es una realidad personal, y supera una visión meramente biológica; el cuerpo es la dimensión somática de la persona y resulta inseparable de ella. No es posible una consideración puramente tecnológica del cuerpo. El hombre puede romper la relación con su cuerpo, humillándolo hasta el nivel de la materia. Pero, renunciando al significado profundo de su cuerpo, desdibuja también su significado. El cuerpo es el camino en que el yo se educa lentamente a ser para el otro, es decir, a cumplirse en ese ser para el otro, que todos, más pronto o más tarde habremos de aprender”.
Es en este sentido que, para el aprendizaje, el cuerpo o la dimensión corporal debe desarrollarse de manera adecuada y antes que pretender avanzar hacia otros elementos centrales o capas; en este sentido, para que podamos desarrollar una mente en silencio con sensación de paz, una respiración natural y profunda (nogare) como la de un recién nacido, que la bioelectricidad (Qi) circule de manera libre y equilibrada sin estancamientos, así como que manejemos de manera adecuada los cambios de fuerza (fajin) y “momentum”, es fundamental que el cuerpo no esté bloqueado por una mala postura, o puntos de tensión.

Las demandas del estilo de vida actual, el sedentarismo, los altos niveles de estrés, las largas distancias, la falta de tiempo, la deficiente alimentación y sueño, generan alteraciones físicas y fisiológicas, que derivan en tensión y desequilibrio del cuerpo, provocándose estancamiento y falta de armonía en los otros elementos centrales.

Un ejemplo muy claro es el dolor, que en los tiempos actuales se ha convertido en un acompañante recurrente de las personas; las últimas investigaciones refieren que el dolor es un fenómeno complejo y mutidimensional, que abarca la experiencia perceptual y afectiva de la persona, y que está condicionada por múltiples elementos que interactúan de manera simultánea.

Diversos estudios han establecido que la interacción que se da entre el estado del cuerpo y los componentes cognoscitivos y emocionales como la tristeza, la ansiedad, la ira, la nostalgia o el miedo, explican de manera más clara las variables de la personalidad, así como las diferencias individuales en cuanto a percepción y tolerancia del dolor; es así, que las dificultades de relación y expresión emocional se vinculan de manera directa con la percepción y experiencia dolorosa.
Es por ello que, cuando nuestro cuerpo se encuentra tenso o en una situación de desequilibrio, aparecerá en mayor o menor medida una sensación de dolor, lo que inevitablemente alterará nuestro equilibrio psíquico y emocional, generando mal humor, la ansiedad y la falta de ganas de hacer cosas que antes disfrutábamos. Poco a poco, nuestro foco vital se reduce a quedarnos en casa, disminuimos las salidas y reducimos nuestro entorno social. El dolor acapara nuestras vidas.
Un elemento importante para el trabajo y desarrollo de la dimensión corporal, son los principios de la Medicina Tradicional China (MTC), que se basan en el flujo y la cantidad de la bioelectricidad (Qi) corporal; desde esta perspectiva, la enfermedad es ocasionada por el desequilibrio, deficiencia, exceso o bloqueo del flujo de la bioelectricidad corporal.
Las antiguas prácticas de autocultivo, tienen su fundamento en el manejo, fortalecimiento y desarrollo de la salud y potencia vital, por lo que cualquier bloqueo o desequilibrio en la postura o estructura del cuerpo reducirá su funcionalidad natural y generará tensión, impactándose la sinergia y funcionalidad con los otros elementos centrales.
Por ello, la primera tarea en que debemos enfocarnos es el conocimiento y toma de consciencia de nuestro cuerpo, especialmente en sus zonas de choque y acumulación de tensión, para que a partir del trabajo con ellas podamos desarrollar un cuerpo suelto y sin tensión innecesaria, eliminando estancamientos y bloqueos que impidan u obstaculicen el libre flujo del proceso vital natural.
La soltura y la relajación corporal, incluye los niveles muscular, de los tendones y las articulaciones, ya que cuando estos se encuentran sueltos sin tensión innecesaria, se previene el círculo vicioso de estrés y dolor, por lo que no se requiere un sobreesfuerzo para el manejo del cuerpo; de ahí que para sentar una base sólida para la práctica deportiva y de las artes marciales, es fundamental desarrollar y refinar el sung, cai y chin li; es decir, los tres estados del cuerpo, sin tensión innecesaria, las articulaciones abiertas, conectadas y la sensación de ligereza.
Diversos estudios de educación física destacan el papel de la relajación dentro de la educación y el desarrollo de habilidades físicas; Guerrero-Lebron (2005) señala que la respiración y la relajación es uno de los aspectos más relevantes dentro de la práctica deportiva, ya que permite la mejora del rendimiento y el logro de los objetivos; “junto a la respiración, la relajación es de vital importancia, pues ambas nos ayudan a reequilibrar nuestro cuerpo y remediar malos hábitos no sólo a la hora de practicar cualquier deporte, sino en nuestra vida diaria”.
Otro aspecto relevante para el desarrollo del elemento cuerpo, es el acondicionamiento físico, especialmente porque las “artes marciales” sin importar su origen u orientación, son una actividad diseñada para la guerra y para defender la vida. En algunos casos tienen aplicaciones de competencia y en otras no, o estas son muy limitadas.
En este sentido, merece la pena preguntarnos ¿Cuáles son las habilidades que debe tener un artista marcial?
Página del texto “Esencia del Puño拳經捷要 (quan jing jie yao) del General Qi Jiguang de la dinastía Ming.
Santo ha realizado un profundo rastreo histórico de los orígenes de los sistemas de “golpe corto y cuerpo pegajoso”. Retomo tres textos clásicos para rastrar sus orígenes: Los escritos de 1560 del general Qi Jiguang, El Canon Shaolin de golpe corto (1784) y Yik Kam Wing Chun Kuen (1850). Señala el autor que un significativo número de artes marciales actuales que tienen su origen en el templo Shaolin, tienen profundas influencias de los textos del General Qi Jiguang.
El General Qi resaltó cuatro cualidades que debe poseer el peleador: condición y capacidad física, saber pelear en los 4 rangos de combate, pelea larga, corta, derribar y pelear en el suelo.
Su texto “La esencia del Puño” (2020, Traducción de Jack Chen), resalta la relevancia del acondicionamiento físico para el desarrollo de las habilidades indispensables que permitan el aprendizaje y perfeccionamiento de las artes marciales.
Es indispensable tener presente que el entrenamiento para el combate y la defensa personal es completamente distinto a la preparación física para la competitividad profesional, amateur y la práctica para el bienestar vital. No debemos despreciar los avances tecnológicos en la preparación física y mental de los deportes profesionales u olímpicos, ya que finalmente estos representan la abstracción y simbolización de las habilidades individuales o en conjunto para la cacería, la guerra y el combate.
Es entonces, que nuestro estándar debe fluctuar entre la práctica para el desarrollo y fortalecimiento de la salud, así como el desarrollo de habilidades para la defensa de nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Es decir ¿Cuál es el estándar mínimo de entrenamiento que debemos desarrollar para cultivar y fortalecer nuestra salud, al mismo tiempo que desarrollamos habilidades para la defensa de nuestra vida y la de nuestros seres queridos en el contexto del siglo XXI?
Entonces, siguiendo lo planteado por Qi Jiguang y retomado por Santo, un artista marcial completo debe tener la capacidad y la habilidad física para la pelea de larga distancia, de corta distancia, cuerpo a cuerpo y proyecciones y pelea en el suelo.

¿Qué es el acondicionamiento físico?
En general el acondicionamiento físico es relevante para mantener un óptimo estado de salud, mejora notoriamente el funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo, desarrollando capacidades para desempeñar cualquier actividad de manera segura y eficiente. Se fomenta la relación y funcionamiento armónico de las esferas física, fisiológica y mental.

El acondicionamiento físico debe realizarse de manera paulatina; primero hay que desarrollar la capacidad aeróbica general, buscando la adaptación de todos los órganos y sistemas a posibles situaciones de demanda o estrés; una segunda etapa es el fortalecimiento muscular general, deben trabajarse los músculos grandes de manera armónica, para preparar las demandas musculares específicas del arte marcial.

El desarrollo físico, técnico y mental en la vida y especialmente en la práctica de las artes marciales, solo será posible por medio de la constancia-disciplina, lo que se conoce como: “espíritu marcial”. Se dice que de manera externa se deben desarrollar “los huesos, los músculos y los tendones”, es decir, adquirir, desplegar y perfeccionar cualidades físicas generales: Fuerza, velocidad, resistencia, potencia y elasticidad, además de cualidades paralelas como: agilidad, reacción, coordinación, equilibrio, percepción y propiocepción.
Fuerza: Causa capaz de cambiar el estado o situación de un cuerpo. Fisiológicamente se entiende como “fuerza muscular aquella tensión máxima expresada en gramos o kilogramos que los músculos son capaces de desarrollar” (Vorobiev, 1974).
Velocidad: Es la habilidad para generar un movimiento corporal en el tiempo más corto posible (Díaz-Rodríguez, 2007). La velocidad es una cualidad relevante en una etapa del proceso de desarrollo del artista marcial.
Los requisitos para la velocidad son: movilidad de los procesos nerviosos, capacidad de ejecución, flexibilidad y elasticidad muscular, tensión-relajación, capacidad de concentración y la voluntad.
Por otro lado, los factores que condicionan la velocidad del movimiento son: la fuerza, la resistencia física, la coordinación y la habilidad técnica.
Potencia: Es la cantidad de energía (fuerza) que se puede proyectar sobre un objetivo, dependiendo de la masa involucrada por la aceleración, en una trayectoria específica. La cantidad de energía que somos capaces de proyectar enfocada en un punto concreto.
La potencia en un ataque depende de la aceleración que se desarrolla, la concentración de la masa corporal en un punto, además de la correcta ejecución técnica de la acción.
Resistencia: Capacidad de mantener un esfuerzo de forma eficaz durante el mayor tiempo posible. Para Frei (1977), la resistencia psíquica se refiere a la capacidad de soportar una carga de demanda sin interrupción y el mayor tiempo posible, mientras que la resistencia física es la capacidad del organismo para tolerar la fatiga.
La resistencia permitirá mantener el rendimiento a lo largo del tiempo bajo presión, o en una situación de combate, existen dos tipos fundamentales de resistencia: resistencia aeróbica (presencia de O2) y anaeróbica (sin presencia de O2). El sistema anaeróbico se encarga de mantener la intensidad en las acciones cortas y rápidas del combate (derribos, golpeos…), en las que se requieren de mucha fuerza y velocidad, mientras que el sistema aeróbico gestiona la capacidad para mantener el esfuerzo todo el combate y acelera el proceso de recuperación.

Flexibilidad: La flexibilidad está íntimamente unida a la elasticidad muscular y movilidad articular, de tal forma que pueden entenderse como sinónimos “flexibilidad y elasticidad” (Fernández-Rincón, 2013), es la capacidad de aprovechar las posibilidades de movimiento de las articulaciones lo más óptimamente posible; depende de la longitud y elasticidad de los ligamentos, de la resistencia del músculo con el cual se ha de trabajar el estiramiento y de las partes blandas situadas alrededor de las articulaciones, así como de la estabilidad en la estructura de las articulaciones involucradas.
Resalta Santo que como está escrito en el Clásico Interno Antiguo: "En movimiento, todo el cuerpo debe ser ligero y ágil, con todas las partes del cuerpo unidas como si estuvieran entrelazadas". Ligero y ágil es estar en estado de ligereza, sin tensión innecesaria (Sung), todas las partes del cuerpo deben encontrarse conectadas, vinculadas para la acción y el movimiento conjunto y articulado (Cai) y tener una profunda sensación de ligereza (Chin li); es decir, el manejo adecuado de los tres estados.
Es fundamental tener presente, que el desarrollo de la dimensión corporal dentro de las artes marciales debe desarrollarse de manera secuencial y sistemática, para conocer y refinar cada uno de los estados del cuerpo (Sung, Cai y Chin li) más allá de teorizaciones y especulaciones mágicas o místicas. Si no se suelta primero la tensión innecesaria, no se logrará una profunda vinculación de los músculos, tendones y articulaciones, y por lo tanto se escapará la sensación de ligereza.
Como se mencionó previamente, el proceso de aprendizaje y desarrollo en las artes marciales internas se fundamenta en la experiencia directa, por lo que no es suficiente que el practicante logre en un momento la conjunción de los tres estados corporales; la verificación del logro y aprendizaje en este y todos los elementos centrales, se basa en la capacidad de “entrar” en el estado de manera repetida y a voluntad.
Aquí se presenta el punto central, el “Gong fa”, el proceso para conocer, desarrollar y refinar el elemento corporal y las otras cinco dimensiones centrales. Es importante señalar que “Gong fa”, “el proceso de conocimiento” o lo que en occidente entendemos como la “Episteme”, es lo que se mantenía en secreto, aquello que solo se transmitía a aquellos que formaban parte de la familia y aprendían a puertas cerradas; al grado que con el tiempo y la globalización este proceso se ha diluido o perdido, ha dejado de transmitirse a las nuevas generaciones de practicantes, ya que no es suficiente solo la “practica” para desarrollarlo, se requiere la consciencia de su existencia, la intención para su desarrollo y la diligencia para su entrenamiento y refinamiento diario.
El conocimiento, la intención y diligencia en la práctica del “Gong fa”, son esenciales para el desarrollo del Kung fu (“habilidad suprema por el trabajo duro”), es aquí, que mediante el conocimiento, experimentación, desarrollo y refinamiento se puede “entrar por la puerta” a las infinitas posibilidades de las artes marciales y el desarrollo integral.
El “Gong fa” es diferente de un estilo a otro aunque comparten elementos esenciales en común, cada uno tiene sus fortalezas y debilidades; a continuación, se presenta un proceso básico para el desarrollo de este dentro de las artes marciales del siglo XIX y que se encuentra acorde con uno de los principios fundamentale del budismo: la “consciencia”.
La consciencia (darme cuenta y hacerme cargo de mí y mi contexto), es el primer paso para el aprendizaje, el desarrollo y el refinamiento del proceso vital, por lo que, para aproximarse a la dimensión corporal, resulta fundamental que primero seamos conscientes de las zonas y lugares en que acumulamos tensión, para que nuestro trabajo en el desarrollo del “Sung” (soltura), además de abarcar todo el cuerpo, se focalice en estas áreas.
Es importante señalar, que el arte marcial tradicional, es y debe ser una entidad viva, con la capacidad de evolucionar y adaptarse a los tiempos que corren sin perder su esencia, por lo que es pertinente y válido retomar e incorporar elementos de la ciencia moderna siempre y cuando que no se violentes los principios del “proceso de conocimiento”.
Es por lo que, para acercarnos al primer nivel de consciencia sobre la situación corporal, retomaremos lo propuesto por la psicología en relación con la relajación y el manejo de la tensión. Nos aproximaremos desde esta perspectiva, ya que la información y los conocimientos que se tienen a mano, se encuentran fundamentados metodológicamente con evidencias y están muy alejados del pensamiento fantasioso o esotérico de la tendencia “new age”.
Es importante señalar, que estos ejercicios constituyen solo la primera y más básica parte del entrenamiento, ya que como lo señala el Buda, la atención plena y la consciencia, deben estar presentes y practicarse en todo momento, por lo que, dentro de la dimensión corporal, la consciencia, el desarrollo y refinamiento de “Sung”, “Cai” y “Chin li”; es decir, soltura y liberación de tensión, apertura, vinculación y sensación de ligereza, es una práctica cotidiana y continua.
Chóliz (2018) refiere que la relajación y liberación de tensión, ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, ya que desde siempre el ser humano ha buscado estrategias para manejar y enfrentar situaciones que podían desbordarlo por un exceso de activación y podían resultar nocivas en el corto o mediano plazo.
La investigación científica experimental, ha permitido la depuración y sistematización de los métodos más eficaces para la relajación y el manejo de la tensión, siempre en combinación con ejercicios físicos de estiramiento, soltura y masaje.
En general los procedimientos más eficaces sistemáticos y estructurados de relajación, se basan en dos técnicas desarrolladas a principios del siglo pasado: la relajación muscular progresiva (RMP) (Jacobson, 1938) y el entrenamiento autógeno (EA) (Schultz, 1931).
Ambas técnicas son complementarias, ya que la RMP se enfoca en el descenso de la tensión y el tono muscular, mientras que el EA trabaja los aspectos psicoemocionales de la tensión. Estas se han ido refinando y se han mejorado en procedimientos que son mucho más sencillos y rápidos de aplicar y aprender.
El valor de la relajación se encuentra en que conduce a una reducción general del estado de activación del organismo, lo que redunda en beneficios físicos, psicológicos y del estado de bienestar general del individuo. De hecho, se ha visto que un número importante de enfermedades y padecimientos “modernos” (trastornos cardiovasculares, disfunciones gastrointestinales, fobias, etc.), tienen relación significativa con niveles excesivos y prolongados de activación y tensión.
La práctica de la relajación no solo tiene impactos significativos a nivel de activación fisiológica, sino que también redunda en dos dimensiones psicológicas relevantes: los procesos de pensamiento y los del comportamiento.
En la dimensión fisiológica, la relajación tiene efectos significativos sobre el sistema parasimpático, es decir, un fortalecimiento de los procesos “Yin” del cuerpo en un momento histórico donde se ha privilegiado la activación, es decir, el factor “Yang”, por lo que la relajación tiene un impacto directo en la disminución de:
-Tensión muscular tónica
-Frecuencia e intensidad latido cardíaco.
-Actividad simpática en general.
-Secreción adrenalina y noradrenalina.
-Vasodilatación arterial.
-Cambios respiratorios (disminución frecuencia, aumento en intensidad, regulación del ritmo respiratorio).
-Metabolismo basal.
-Índices de colesterol y ácidos grasos en plasma.
-Incremento en el nivel de leucocitos y en ritmo cerebral de frecuencia entre 8-14 Hz.

A continuación, se presentan dos técnicas que como mencioné, permiten un primer desarrollo de la consciencia de la dimensión corporal, y ayudan de manera básica a desarrollar la práctica de “Sung”. Transcribiré de manera literal lo señalado por Chóliz, ya que en lo personal no podría realizar una mejor descripción.
Relajación Muscular Progresiva (RMP).
“La RMP pretende conseguir un nivel de relajación general, así como un estado de autorregulación del organismo, sobre la base de la distensión de la musculatura esquelética y mediante una serie de ejercicios de tensión- distensión de los principales grupos musculares”.
El entrenamiento consiste en una práctica continua de unas primeras semanas en las que se entrena una relajación larga (de alrededor de 16 grupos musculares y en torno a 30-40 minutos). Posteriormente, al adquirir habilidad en esta técnica se reduce tanto la duración como el número de ejercicios.
Aquí y desde la perspectiva de la Medicina Tradicional China, la relajación debe comenzar desde la planta de los pies y subir paulatinamente hacia los tobillos, las rodillas, los glúteos, la zona pélvica y abdominal, la espalda media, alta y los hombros, los brazos y codos, los antebrazos, las muñecas y las manos; posteriormente la cara y las zonas de tensión mandibular.
Primero debe uno acostarse con la espalda bien apoyada sobre una cama firme o una superficie plana que sea cómoda, el cuello y la cabeza estén bien apoyados sobre una almohada.
Debe comenzar uno realizando de 9 a 12 respiraciones naturales, profundas y diafragmáticas[1], para posteriormente fijar la atención en los pies y la planta de los pies, se tensan los dedos hacia abajo y hacia arriba de 3 a 9 veces y después se sueltan enfocando la atención en la respiración profunda y observando la sensación de relajación y soltura en la planta de los pies. Después se lleva la atención a los tobillos y las pantorrillas, nuevamente se tensan los tobillos hacia arriba y hacia abajo, es decir en la parte frontal y posterior de 3 a 9 veces, para luego regresar la atención hacia la respiración profunda y la sensación de soltar las piernas y los tobillos sobre la cama, dejando caer el peso.
Se lleva la atención a las rodillas y los muslos, se tensan igual número de veces para posteriormente soltarlos y fijar nuevamente la atención en la respiración y la sensación de dejar que estos caigan completamente sobre la cama.
Posteriormente se lleva la atención a la zona pélvica, los glúteos, la zona lumbar y abdominal, aquí se tensan los glúteos y los esfínteres de 3 a 9 veces, para posteriormente soltarlos completamente, enfocando la atención en la respiración natural diafragmática y la sensación de que toda la parte media del cuerpo, desde los pies hasta las caderas caen de manera natural y reposan sobre el sitio donde uno se encuentra recostado.
Se lleva la atención a los hombros y los omóplatos, se tensan y se relajan de 3 a 9 veces, se sueltan completamente y se centra la atención sobre la respiración natural, sintiendo como se ha dejado de cargar el tronco y este reposa suave y completamente sobre la cama. Se contraen y se relajan los bíceps, dejando caer el peso de los brazos sobre la cama e identificando las zonas donde pudiera haber tensión innecesaria. Igualmente se hace con los antebrazos y las manos, cerrando y apretando los puños de 3 a 9 veces, para posteriormente abrir las manos retornando a la respiración natural profunda y sintiendo como se deja reposar el peso de las extremidades superiores sobre la cama.
En este punto se repasa una o dos veces el estado de todo el cuerpo desde la planta de los pies, pasando por los tobillos y las piernas, las rodillas y los muslos, las caderas y los glúteos, el tórax, la espalda y los hombros, los brazos, antebrazos, muñecas y manos; recordando realizar siempre respiraciones diafragmáticas y profundas.
De aquí, se lleva la atención a la cara y cuello, llevando la atención a la frente: elevando las cejas o arrugando la frente, la parte superior de la cara y nariz: arrugar la nariz y los labios, la parte inferior de la cara y mandíbulas: apretar los dientes y hacer una sonrisa forzada tirando de la comisura de los labios hacia afuera. Pecho y garganta: empujar la barbilla como hacia abajo como si quisiera que tocara el pecho, pero al mismo tiempo hacer fuerza para que no lo consiga, es decir, contraponer los músculos frontales y posteriores del cuello.
Chólz (2018) señala que, para una mejor práctica de la relajación, es recomendable atender las siguientes consideraciones:
1. La relajación es una técnica que se aprende con la práctica. No hay nada misterioso ni extraño, o que esté fuera del control del individuo. Cuanto más se practique, mejores resultados se obtendrán. La práctica habitual permite hacer que se produzca fácilmente la relajación y ésta se convierta en un hábito, de forma que cuanto mayor entrenamiento, los resultados serán mejores.
2. El entrenamiento apropiado podría ser el siguiente: realizar relajación profunda (30-40 minutos) todos los días durante las primeras dos o tres semanas. Posteriormente realizar ejercicios de relajación más breve. Cuando se consiga relajarse adecuadamente durante un periodo de cinco o diez minutos, pueden espaciarse, si lo desean, a dos o tres veces cada semana, al mismo tiempo que se entrena en los procedimientos de relajación apropiados para cada situación específica (de pie, en una sala de espera, etc.). Esta es una práctica fundamental para el desarrollo posterior de la soltura.
3. La relajación puede aplicarse para utilizarla en situaciones en las que se haya producido un grado de ansiedad elevado, o para prevenirlos como medida profiláctica, rebajando el nivel de activación general. En el primer caso se utilizarán procedimientos de relajación abreviados y adecuados a cada situación, mientras que para rebajar el nivel de “arousal”[2] puede realizarse la relajación profunda en casa en condiciones de escasa estimulación.
4. La práctica de la relajación permite tener control de las situaciones, impidiendo que aparezcan las reacciones de ansiedad anteriores, por lo que genera mayores expectativas de resultado, o autoeficacia, lo que favorece, a su vez, que no se produzcan reacciones de ansiedad anticipatoria.
5. La relajación física y el control mental están íntimamente relacionados, de forma que cuando una persona se encuentra relajada, sus pensamientos se controlan mejor y pueden dirigirse convenientemente. Aquí se observa la estrecha relación e interdependencia de las dimensiones centrales que conforman el cuerpo del arte (el cuerpo, la mente, la respiración y la bioelectricidad).
6. Durante la relajación pueden aparecer una serie de sensaciones que nunca había sentido con anterioridad, las más comunes son:
-Pesadez de una parte del cuerpo, o de todo el cuerpo;
-Ligereza, como si una parte del cuerpo, o todo él fuera extraordinariamente liviano.
-Sensación de "acorchamiento", especialmente en las extremidades.
-Sensación de hormigueo en las piernas o brazos.
-Sensación de inmovilidad absoluta, de no poder mover el cuerpo a voluntad, e incluso de pérdida de control.
-Sensación de abandono del cuerpo.
-Ausencia de cualquier sensación.
7. La habitación donde se realice la relajación puede estar aislada de estimulación que interfiera con el proceso de relajación y ello favorecerá la profundidad de esta. No obstante, puede ser conveniente también relajarse, aunque haya ruido ambiental, puesto que, es lo habitual y generalmente precisamos la relajación en momentos en los que existe bullicio.
A menudo, pensamos que conocemos y somos conscientes de nuestro cuerpo, sin embargo, nuestra mente no suele tener consciencia del cuerpo, su situación y sus necesidades, regularmente simplemente reaccionamos a las demandas instintivas, hasta que nos tomamos el tiempo de observarlo, percibirlo e incorporarlo al campo de la consciencia.
La toma de consciencia y observación de los seis elementos centrales y trece estados es equivalente a la instalación de sensores que nos informan en cada uno de estos (Santo); a partir de aquí, se abre un campo infinito de posibilidades para el trabajo y desarrollo personal, se establecen las bases para el desarrollo de la consciencia interna.
El siguiente paso en el proceso de conocimiento, dominio refinamiento del elemento corporal es “Cai”; el estado de “estar abierto”, lo que significa el permitir conscientemente que cada parte del cuerpo se desenvuelva de acuerdo con su biomecánica natural.
Para desarrollar y profundizar en “Cai”, después de aprender a trabajar la relajación y liberación de tensión innecesaria “Sung”, se puede realizar el siguiente ejercicio (Santo):
Después de realizar una sesión de relajación acostado(a), permanecer respirando de manera natural y tranquila durante 5 o 10 minutos, dejando que todas las articulaciones se relajen, soltando cualquier tensión adicional que sea percibida, centrar la atención especialmente en la zona de los glúteos y la cadera. Hay que permitir que las articulaciones y los músculos se “desenrollen” y reposen de manera natural sobre la cama o la superficie en la que nos encontremos. Es importante prestar atención a la manera como las articulaciones de “abren” de manera natural y espontanea.
Esta sensación hay que practicarla, hasta que pueda replicarse casi en cualquier situación, llevar el estado se “Sung” y “Cai” a nuestra vida cotidiana.
El siguiente estado es “vinculado”, este estado solo se logra a cabalidad cuando se ha liberado un significativo cúmulo de tensión innecesaria y cuando se han abierto las articulaciones. El siguiente paso de trabajo con el cuerpo es la integración natural del movimiento biomecánico de las articulaciones, reconocer cuales son los alcances y los límites naturales de cada extremidad, nivel de consciencia que es fundamental dentro de las artes marciales, en particular para lograr la integración y concentración de la potencia al momento de atacar, o contar con la soltura y conducción del impulso del oponente al defender.
El siguiente estadio en el desarrollo de la consciencia y refinamiento del elemento corporal, es el de “ligereza” (Chin li), o “Cuerpo ligero” (輕體); este es un estado más avanzado de consciencia sobre el cuerpo, donde el movimiento se realiza de manera abierta, coordinada (vinculada) sin esfuerzo, empleando solo la tensión-distención necesaria para cada acción.
Santo señala que en un texto clásico se señala: “No se puede colocar una pluma y una mosca no puede posarse en ninguna parte del cuerpo. El oponente no me conoce; Solo yo lo conozco”.
El manejo del estado de “ligereza” es la base fundamental para el desarrollo de percepción y manejo del “flujo” de fuerza o poder explosivo o flujo de fuerza de acción y reacción, una habilidad esencial dentro de la mayoría de las artes marciales.
Es muy probable que, si no se ha llegado al estado de ligereza, no sea posible el manejo adecuado del “flujo de fuerza”, ya que es muy probable que el cuerpo mantenga zonas de tensión o fijación, restringiéndolo, estancándolo e incluso pudiendo provocar lesiones.
Es en este sentido, que la primera etapa del entrenamiento se realiza recostado, con el cuerpo en reposo, desarrollar el aprendizaje con la mínima carga o tensión sobre el cuerpo y desarrollar la memoria corporal que permita replicar paulatinamente los estados y las sensaciones específicas en las distintas situaciones de la vida cotidiana, para que si un día tememos que aplicar nuestro estilo de combate en una situación de defensa personal, el cuerpo responda de manera natural, ya que como dice Miyamoto Musashi: “mi guardia debe ser mi postura de todos los día y mi postura de todos los días debe ser mi guardia”.
Ya que hemos identificado e iniciado el desarrollo los tres estados del cuerpo, “Sung”, “Cai” y “Chin li”, uno puede pasar primero a una postura sentado, o realizar estos ejercicios a intervalos en la oficina o lugar de trabajo, para después transitar a una posición natural de pie, con los pies abiertos a la altura de los hombros como en Zhan Zhuang (站樁/站桩), o 'de pie [como un] poste'.
Es muy importante llevar un registro fisiológico de marcadores fisiológicos como el ritmo cardiaco y su variabilidad, el nivel de oxigenación en sangre y los niveles de estrés para tener un seguimiento objetivo y sistemático de la práctica, evitando caer en misticismo y especulaciones sin fundamento.

Se puede experimentar, aprender, comparar el manejo de los tres estados corporales alternando el trabajo de acostado, sentado y de pie; las combinaciones y práctica, son infinitas, siempre que se sigan las instrucciones del modelo.
Soltura dinámica y estiramientos
La soltura dinámica y el estiramiento son actividades paralelas que se complementan y enriquecen a la relajación, es fundamental movilizar los grupos articulares sonde se acumula la mayor tensión corporal, así como el estiramiento muscular y tendinoso de todo el cuerpo, de ahí que las prácticas de qigong activo (por ejemplo ocho joyas) y yoga sean excelentes para tener un trabajo en la soltura de la dimensión corporal.
El estiramiento debe realizarse de manera suave y siempre sincronizado con la respiración y enfocando la mente en “soltar” el cuerpo, evitando realizar las elongaciones a partir de la fuerza, lo que puede causar lesiones o daños articulares, tendinosos o musculares.
Una forma para desarrollar la práctica de soltura dinámica, es seguir puntual y cuidadosamente Los “Kuen Kuit”, la escritura antigua de la forma “Siu Lim Tao” (elementos esenciales de entrenamiento) del siglo XIX, que según la traducción de Iadarola, 2018, se describe el proceso necesario para desarrollar el manejo integral del cuerpo; a continuación, se presentan algunas frases de esta, especialmente lo que refiere al “Gong Fa”:
· Preste atención al dedo, la garra y el costado debajo de la manga.
· Girando en espiral de forma natural, sigue la respiración y la dirección del canal Qi.
· La parte posterior de la palma mira hacia afuera, intención y Shen necesitaban estar presentes por completo.
· La palma giratoria se tambalea para proteger el corazón.
· La presión horizontal simple y doble debe manejarse de acuerdo con la inhalación y la exhalación.
Un párrafo de Canon Shaolin de Golpe Corto se señala que: “En movimiento, todo el cuerpo debe ser ligero y ágil, con todas las partes del cuerpo unidas como si estuvieran entrelazadas. La energía que sostiene el cuerpo debe ser libre y fluida; la energía que sustenta la actividad de la mente debe recolectarse internamente. Las posturas deben ser sin defecto, sin huecos o salientes de la alineación adecuada; en movimiento, la Forma debe ser continua, sin paradas ni arranques”.
El fragmento anterior además de destacar por su relevancia histórica para el desarrollo de las artes marciales y el entrenamiento atlético muestra una profunda conexión con los avances contemporáneos en las ciencias del deporte y las neurociencias de la meditación y el movimiento; este texto que tiene al menos cuatrocientos años de antigüedad, refleja un entendimiento avanzado de la importancia del trabajo y entrenamiento corporal en los ámbitos del cuidado de la salud, el entrenamiento atlético, marcial y personal.
Los elementos biomecánicos y psicofísico que presenta son objeto de profundo estudio en las ciencias del deporte y la actividad física, campos que están explorando como la integración de los antiguos métodos de entrenamiento en integración con los últimos avances tecnológicos pueden mejorar significativamente el rendimiento físico además de prevenir lesiones, encontrando paralelismos sorprendentes en los métodos de formación física de distintas regiones y épocas.
Por su parte las neurociencias de la meditación y el movimiento han encontrado que la sincronización consciente de la respiración con el movimiento son un aspecto esencial para la correcta práctica marcial y de autocultivo tradicional, demostrando la evidencia que esta integración tiene efectos muy positivos en la salud física y mental.
En este sentido las referencias del fragmento antes descrito a la integración y articulación corporal, la soltura y la movilidad demuestran un profundo conocimiento de la integralidad corporal para el libre movimiento en armonía con la naturaleza biomecánica del mismo.
La soltura, relacionada con la flexibilidad muscular y movilidad articular es un aspecto clave en la fisiología del ejercicio, aludiendo a la eficacia del movimiento y la capacidad para la adecuada ejecución técnica del practicante.
La integración y articulación corporal implican una coordinación neuromuscular adecuada, donde los sentidos sensoriales como la vista, el oído, el tacto, la propiocepción y la interocepción trabajan de manera conjunta y sincronizada, lo que requiere que las vías sensoriales de los músculos ya articulaciones funcionen de manera optima y sin bloqueos, lo que se estimula y facilita a partir de la soltura y movilidad.
Conclusiones
Trabajamos sobre la relevancia del trabajo y desarrollo de la dimensión corporal como elemento esencial para el bienestar general y el adecuado rendimiento deportivo y marcial; la integración de la soltura, movilidad y relajación a los programas de entrenamiento proporciona una visión integral y compunción profunda del proceso de formación deportiva y marcial.
Es fundamental reconocer la unicidad e interconexión de los estados físicos con los procesos emocionales y cognoscitivos, de ahí que el “Gong Fa” y el modelo 6.13.3 proporcionan una vía para el desarrollo holístico y equilibrado del ser humano.
La capacidad de movimiento, soltura y relajación además de mejorar la respuesta al dolor y al estrés, contribuyen de manera significativa al desempeño físico y estabilidad emocional, elementos cruciales para la sensación de bienestar y felicidad.
Las referencias y la versión original de este texto pueden consultarse en: Bezanilla, J. (2022). Wing Chun Kung Fu: “Gong fa” (功法) ver. 1.5. México: Flor de Ciruelo en: https://www.aacademica.org/jose.manuel.bezanilla/4
[1] Más adelante detallaremos la técnica y la relevancia de este tipo de respiración. [2] Nivel de activación cerebral. Implica tanto el ritmo de los procesos cerebrales como el nivel general de atención frente a los estímulos del medio y está regulado por el sistema de activación reticular. Puede variar desde un nivel de sobreactivación, como en el caso de emociones intensas o de estados de alerta, hasta un nivel atencional óptimo para la acción intencional, o hasta niveles de infraactivación, como en el caso de estados de relajación o de sueño.
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