top of page

La dimensión "mente" en el modelo 6.13.13

 

La dimensión "mente" en el modelo 6.13.3

por el Dr. José Manuel Bezanilla

 




Dice el I-Ching sobre la mente:

“Las aguas fluyen ininterrumpidamente y llegan a su meta: la imagen de lo abismal repetido. El hombre noble camina a través de la virtud y ejerce la función de la enseñanza.”

"El agua alcanza su meta fluyendo sin interrupción. Llena cada cavidad antes de seguir su curso. El hombre noble sigue el ejemplo del agua. Aprecia que lo bueno se convierta en una propiedad permanente y sólida de su carácter, y no solamente algo que dependa del azar o del momento. Cuando se instruye a los otros, todo depende igualmente del espíritu de continuidad, puesto que es sólo por la repetición, que la enseñanza se convierte en propiedad del alumno".


Los tiempos actuales nos colocan en una situación de alta demanda hacia el exterior, somos llamados a responder a estímulos externos continuamente, lo que nos ha alejado de nuestro mundo interno, del contacto con nuestros elementos constitutivos básicos en favor de una “extraversión forzada” como lo mencionó Jung.


Desde la perspectiva de las artes marciales tradicionales, la dimensión “Mente” tiene una concepción y características específicas. La mente es una herramienta, un instrumento por medio del cual nos conectamos con el mundo. El punto central de trabajo en las artes marciales internas es “liberar” la mente, es decir, desarrollar un estado de paz y silencio en el que se comprenda que las vicisitudes de la vida cotidiana son solo momentos impermanentes.


Es aquí donde se van conectando y articulando los seis elementos centrales (Santo, 2016), el dominio de los tres estados corporales (Sung, Cai y Chin li) y el manejo de la respiración "natural, profunda y diafragmática", apoyan el trabajo con la mente para encaminarlo hacia el estado de silencio y paz. Si uno logra instalarse en un estado de silencio, el cuerpo se mantendrá ligero y relajado, con una respiración natural, facilitando la circulación sanguínea y la oxigenación del cuerpo.


Desde la perspectiva de las artes marciales, la “mente” tiene cuatro funciones básicas que es necesario conocer, dominar y refinar, para que estas cumplan su propósito y permitan el desarrollo del Kung Fu interno: pensamiento, intención, visualización y consciencia.

 


Pensamiento[1]

Desde la psicología científica, el pensamiento es la capacidad de los individuos para formar ideas y representaciones internas de la realidad, relacionando unas con otras, ponderándolas y asumiendo una postura ante estas.

 

También se refiere a las ideas formadas por la mente; es decir, que es la manifestación de la actividad y capacidad creativa de la mente. Esta es una definición general que abarca todas las producciones mentales, incluyendo las creativas, racionales reflexivas e imaginativas; es decir que todo aquello que sea producido en la mente es considerado pensamiento.


El concepto de pensamiento hace referencia a procesos mentales, voluntarios o involuntarios, mediante los cuales el individuo desarrolla sus ideas acerca del entorno, los demás o él mismo. Es decir, los pensamientos son ideas, recuerdos y creencias en movimiento, relacionándose entre sí.


Pensar es una actividad mental que requiere esfuerzo, y se emplea cuando enfrentamos problemas o situaciones que debemos resolver. El pensamiento implica una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los mecanismos de memoria, atención, procesos de comprensión, aprendizaje, procesamiento de la información, etc. Es una experiencia interna e intrasubjetiva.

 


Intención

La intención, remite directamente al uso de la voluntad, enfocar la atención y los sentidos en una dirección y con el fin de lograr algo. Jung establece que en general poseemos la capacidad de generar dos tipos de pensamiento; retoma a Cristian Wolff, señalando que “el pensamiento es, pues, un acto del alma, por el cual esta tiene consciencia de sí misma y de las demás cosas que exteriores a ella”; es un pensamiento que se adapta a la realidad, que tiene aplicaciones prácticas de adaptación.


En este tipo de pensamiento la atención está dirigida, requiere un esfuerzo consciente, lo que implica desgaste y consumo de energía, el pensamiento dirigido, siempre está en relación con el mundo y sus objetos.

 

 

 

Imaginación / Visualización[2]

La imaginación es la máxima expresión de la cualidad creadora de la mente, ya que sus productos pueden emerger sin la mediación de la estimulación de los sentidos.


También se describe como la formación de experiencias en la mente, que pueden ser recreaciones de experiencias pasadas, como recuerdos vívidos con cambios imaginados, o pueden ser escenas completamente inventadas y posiblemente fantásticas. La imaginación permite la visualización y planeación de la aplicación del conocimiento y la experiencia para resolver problemas.


La imaginación implica pensar en posibilidades a partir del uso de la “imaginería”, es decir, el proceso de revivir y recrear en la mente recuerdos de objetos que provienen de la estimulación sensorial.


Las últimas investigaciones en ciencia cognitiva, han demostrado que la imaginación se encuentra estrechamente ligada al estado del cuerpo y las condiciones en que este se encuentra, por lo que no es una actividad eminentemente mental, especialmente porque implica el establecimiento de relaciones con el mundo.

 


El “ojo de la mente”

La noción de un "ojo de la mente" se remonta a la referencia de Cicerón al “mentis oculi” durante su discusión sobre el uso apropiado del símil por parte del orador.


Aquí, Cicerón observó que las alusiones a "la Escila de su patrimonio" y "la Caribdis de sus posesiones" implicaban símiles que eran "demasiado inverosímiles"; y aconsejó al orador que, en cambio, hablara simplemente de "la roca" y "el golfo" (respectivamente), con el argumento de que "los ojos de la mente se dirigen más fácilmente a los objetos que hemos visto que a los que sólo hemos escuchado".


Este concepto fue empleado por primera vez por Tale de Chaucer (c.1387) en lengua inglesa en sus Cuentos de Canterbury; donde dice que uno de los tres hombres que habitaban en un castillo era ciego y solo podía ver con "los ojos de su mente"; esos ojos "con los que todos los hombres ven después de haber quedado ciegos".


Este concepto se emplea común mente en el proceso para la formación de nuevas imágenes mentales que no se han experimentado a partir de los órganos de los sentidos. Esto también podría estar relacionado con pensar o visualizar los resultados plausibles de algo o alguien en las abundantes situaciones y experiencias de la vida.

 


Consciencia

Consciencia se entiende como el conocimiento que una persona tiene de lo que siente, lo que piensa y de la motivación de sus actos; proviene de la palabra latina conscientĭa, y esta a su vez del calco del griego συνείδησις (syneídesis), compuesta por el prefijo συν- (syn-), que significa ‘con’, y είδησις (eídesis), que traduce ‘conocimiento’, es decir: con conocimiento.


Entonces se entiende como la capacidad que tenemos de reconocernos a nosotros mismos, de conocer de nuestro acontecer interno, externo, así como de los fenómenos que ocurren en el entorno. Por lo que la consciencia tiene una íntima relación con la actividad mental y la habilidad de reconocerla como fenómeno vivo, dinámico y trascendente. Así, una persona consciente tiene la capacidad de saber lo que ocurre consigo y su entorno, mientras que la inconsciencia supone la incapacidad de percibir y conocer lo que ocurre.


“Nuestra conciencia normal cuando estamos despiertos no es más que un tipo especial de conciencia, separada por una finísima película de otras formas potenciales de conciencia completamente distintas. Podemos pasarnos toda la vida sin sospechar siquiera su existencia, pero apliquemos el estímulo necesario y se manifestarán en toda su amplitud…” (William James. En: Wilber, 1990:17).


Wilber señala que la consciencia es un fenómeno complejo formado por una serie de estados jerárquicos, sonde el superior abarca los inferiores, por lo que las distintas perspectivas como las filosóficas, psicológicas o religiosas, se posicionan desde distintos niveles del espectro total de la consciencia.


Parte de los avances y propuestas de la física y mecánica cuántica para proponer un conjunto de principios que, desde su perspectiva configuran la evolución de la consciencia.

Esta noción es muy similar a lo propuesto por Carl Gustav Jung, donde considera que nuestro nivel de consciencia actual, es un producto evolutivo de la humanidad, habiéndose originado en los pueblos primitivos donde no había una diferenciación individual, y los procesos obedecían a una dinámica de “representaciones colectivas” o “participaciones místicas”, es decir que prevalecía una consciencia como de colmena, que fue evolucionando hasta que en la “Ilustración” de configuró la primacía del individuo, separándose los sujetos del influjo de la colectividad, así como de su matriz instintiva primigenia.


Wilber propone que todo nivel de consciencia es una unidad en sí mismo y al mismo tiempo forma parte de una totalidad más amplia y compleja, por lo que cada estadio posee cuatro impulsos: mantener su individualidad, adaptarse a la totalidad a la que pertenece, ascender a niveles superiores (trascender) y disolverse en niveles inferiores; es decir, que tiene una amplia similitud a la noción oriental del Dao[3].

 

Evolución del vacío a la existencia.

 

El “Dao” o “Tao”, nos remite al seguimiento del camino de la naturaleza, y tiene una aplicación práctica más allá de la especulaciones ideológico-filosóficas. Esta noción remite al flujo continuo del devenir universal, a la realización de la vida que fluye permanentemente y se mantiene en equilibrio con el universo, sus manifestaciones son palpables en las transformaciones continuas y permanentes de los ciclos naturales y humanos.


El cambio es un flujo constante entre el ser-no ser-ser, las transformaciones continuas del “yin-yang”, de distención-contracción, de luminosidad y oscuridad. Por lo que la consciencia y sus niveles son parte integral del Dao y su devenir.


La evolución de la consciencia de ninguna manera es un proceso plano y lineal, más bien es dinámico, multidimensional y espiral. Cada estadio incluye y trasciende a sus predecesores

 

Modelo de “Enantiodromía” de Heráclito como representación del flujo y evolución continua de la consciencia.

 

Entonces, si nos estancamos en un nivel de consciencia, cerramos y restringimos la posibilidad de evolución, mantenemos un nivel de funcionalidad, pero alejado de la posibilidad de desarrollo total. La evolución proporciona profundidad y autosuperación del estado anterior.


En este sentido, es fundamental que para el desarrollo continuo de la consciencia, trabajemos de manera dedicada sobre la mente, es decir, que esta se asiente, sea cada vez más silenciosa y durante más tiempo se encuentre en estado de paz.


Señala Confucio en su texto sobre “El Gran Saber” (2014) que el Caballero debe saber:

·       Conseguir un estado de equilibrio y refinar su moralidad para que sea un reflejo del Dao (Camino).

·       Lograr la paz mental mediante un amplio descanso y reflexión; ya que ante el silencio de la mente el camino se revelará.

·       Fijar claramente sus prioridades en relación con su búsqueda de autoperfección.

·       Para alcanzar el orden en la familia y el estado, primero debe ordenarse uno mismo, aprendiendo continuamente y ampliando los conocimientos mediante la investigación profunda e intuitiva de las cosas.


Es decir, que conforme trabajamos con la dimensión mental, desarrollamos la capacidad de elegir nuestros pensamientos y saber cuáles detener, entender que el flujo de imágenes, ideas y dialogo interno es como un vendaval de nubes de tormenta que distraen a la mente de la consciencia plena del “aquí y ahora”. Cuando logramos mantener nuestra mente en silencio, esta se estabiliza y podemos suspender el flujo espontaneo de ideas, imágenes y pensamientos para acceder al silencio.


La práctica de las artes marciales internas requiere un compromiso de trabajo serio en favor del silencio y la tranquilidad mental, lo que en sí mismo lleva a una mayor integración corporal. La manera de experimentar y corroborar el avance es mediante la capacidad de “entrar” en un estado de silencio de manera intencional (Santo, 2012, 2014 y 2016), lo que permite disminuir la tensión corporal y profundizar el ritmo de la respiración, es decir, lidiar con los cúmulos de estrés, el miedo y las preocupaciones que provienen del mundo exterior.

Dentro de las artes marciales japonesas se señala que el practicante debe conocer, cultivar y desarrollar el estado de “Mushin” o “no mente”.


“Mushin” se refiere a la mente no atada o encajonada por ideas ni sentimientos y que por lo tanto se mantiene totalmente abierta a la experiencia. La habilidad técnica en el combate no vale nada si no está acompañada de tranquilidad interior, de un espíritu constantemente alerta. Sólo cuando un guerrero se libra de miedos y rencores, cuando trasciende su ego y sus apegos, es capaz de actuar y responder sin vacilaciones ante cualquier oponente. El guerrero ya no se detiene en pensamientos sobre lo que ha de hacerse. Sus respuestas son instantáneas y guiadas por una intuición superior. El maestro de zen Taken Sōhō afirma: “Es la falta de flujo lo que daña. Para un guerrero dejar de fluir equivale a morir. El espadachín que combate no debe pensar en sí mismo ni siquiera en su adversario. Simplemente debe fluir siguiendo su subconsciente”. El guerrero actúa en forma instintiva, sin pensar, con su mente en silencio y totalmente consciente.


“El estado de mushin consiste en permanecer con la mente en blanco sin anular las capacidades de percepción; en no pensar, de ahí su nombre.

Uno no se desconecta del mundo ni de la realidad circundante; simplemente la percibe, pero no la intelectualiza, no la juzga.

Pasa por delante de nosotros, pero no la cuestionamos, no nos damos por enterados.

Es un estado parecido a la indiferencia, pero en estado consciente.”

 

Un ejercicio muy útil para el conocimiento, desarrollo y perfeccionamiento del elemento mente, es la meditación trascendental (MT) (Chóliz, 2018).


La meditación, como técnica de silencio, expansión de la conciencia y vivencia espiritual de plenitud, es un procedimiento común en todas las religiones a lo largo de la Historia de la Humanidad. Se pretende con ello experimentar un estado diferente de consciencia que, conllevaría una serie de efectos positivos en el ámbito fisiológico y psicológico.


Está demostrado que la Meditación Trascendental tiene una serie de beneficios en el ámbito psicológico y fisiológico que la convierten en una técnica de manejo mental muy útil. No resultaría difícil encontrar explicaciones apropiadas desde la psicología científica de los beneficios de la MT, y es que, tanto en ella como en otros procedimientos de meditación o manejo mental, participan de forma relevante procesos atencionales, emocionales, o de condicionamiento que favorecen la autorregulación del organismo. Los requisitos de la MT, que son a su vez compartidos por la mayoría de las técnicas de meditación, son:

-Practicarla en un lugar tranquilo.

-Elegir una postura cómoda.

-Concentrarse en un estímulo.

-Actitud pasiva.


En el caso concreto de la MT, la elección del lugar donde practicarla tiene menos importancia que en otras técnicas de meditación la práctica puede, y debería, realizarse en cualquier lugar y, especialmente, allá donde sea necesario.


Algo similar habría que comentar respecto a la postura. Si bien se recomienda una posición cómoda en la que sea posible dedicarse a la meditación durante al menos veinte minutos, no tiene un significado especial, ni se buscan una serie de efectos sobre la respiración o musculatura que exijan una serie de posiciones determinadas, como en el yoga. Simplemente debe ser una postura cómoda para que no se produzcan sensaciones molestas que interfieran con la meditación.


Se trata de un procedimiento pasivo de atención mental. Subrayo esto, puesto que, efectivamente se trata de una forma de alejar la mente de cualquier fuente de perturbación manteniendo la atención en en el flujo natural de la respiración. El procedimiento es pasivo, en tanto que no hay que luchar denodadamente para conseguir una serie de efectos positivos, sino que éstos sobrevendrán como consecuencia de la práctica consistente y disciplinada.


Psicológicamente: la MT es un procedimiento sencillo en su práctica y que tiene efectos relativamente tempranos. Consiste en un método de control mental, como podría ser la detención de pensamiento (Cautela, 1978), o la supresión articulatoria. La particularidad de la MT es que se trata de un procedimiento pasivo, en el que no hay que luchar contra los pensamientos o las imágenes mentales intrusivas, sino que la única tarea en la que debe involucrarse es el seguimiento del libre flujo de la respiración. Toda la atención se centra en ella, de forma que, en términos estrictamente de procesamiento de información, no pueden atenderse a otro tipo de estimulación. El organismo no está reactivo a fuentes externas o internas que lo perturban habitualmente y, por lo tanto, es un momento apropiado para su propia autorregulación (Schwartz, 1978), con los beneficios psicológicos y fisiológicos que conlleva.


Señala el “Anapanasati” Sutta (2007):

“Ananda, primo, amigo y discípulo devoto de Buda, le preguntó una vez si había alguna cualidad particular que uno debiera cultivar especialmente para alcanzar un despertar completo. Buda le respondió: estar concentrado en la respiración.

Imaginemos el caso de un monje que sale a la espesura, busca la sombra de un árbol o se instala en una casa vacía, se sienta doblando sus piernas en cruz, mantiene su cuerpo erecto, y empieza a concentrarse. Siempre consciente, inspira; siempre consciente, expira.

Cuando hace una inspiración larga, es consciente de que está haciendo una inspiración larga; o cuando hace una expiración larga, es consciente de que está haciendo una expiración larga. Cuando hace una inspiración corta, es consciente de que está haciendo una inspiración corta; o cuando hace una expiración corta, es consciente de que está haciendo una expiración corta. Aprende a inspirar sintiendo todo su cuerpo y a expirar sintiendo todo su cuerpo. Aprende a inspirar calmando los procesos corporales, y a expirar calmando los procesos corporales.

Aprende a inspirar sensible al éxtasis, y a expirar sensible al éxtasis. Aprende a inspirar sensible al placer, y a expirar sensible al placer. Aprende a inspirar sensible a los procesos mentales, y a expirar sensible a los procesos mentales. Aprende a inspirar calmando los procesos mentales, y a expirar calmando los procesos mentales.

Aprende a inspirar sensible a la mente, y a expirar sensible a la mente. Aprende a inspirar satisfaciendo la mente, y a expirar satisfaciendo la mente. Aprende a inspirar serenando la mente, y a expirar serenando la mente. Aprende a inspirar liberando su mente, y a expirar liberando su mente.

Aprende a inspirar centrándose en la inestabilidad, y a expirar centrándose en la inestabilidad. Aprende a inspirar centrándose en la ecuanimidad, y a expirar centrándose en la ecuanimidad. Aprende a inspirar centrándose en la extinción, y a expirar centrándose en la extinción. Aprende a inspirar centrándose en la renuncia, y a expirar centrándose en la renuncia.”

 

神Shén (Espíritu Creativo)

Dice Becerril (1992), que la traducción de Shén como espíritu, altamente limitada, ya que la concepción filosófico-religiosa de espíritu en occidente, si bien tiene paralelismos con la concepción china, no es exacta; considera que debiera incluirse un adjetivo ya que desde la perspectiva del “Dao”, todo se vincula con una acción en un contexto, por lo que propone nombrarlo “espíritu creativo”.


Igualmente, Páez-Casadiegos (2015), señala que el ideograma Shén está compuesto por dos partes, la de la izquierda “… connota signos referentes a todo lo que es elevado, a una idea de totalidad, pero también la imagen sutil-especular de aquello que se refleja en la mente …”, mientras que la de la derecha muestra dos manos agarrando una cuerda, lo que da la idea de expansión o explicación. Entonces, Shen es la primera dimensión donde se reflejan las manifestaciones vitales, y la esfera por donde fluye la vida.

 

Caligrafía de “Shen”.

 

Por ello, desde esta concepción somos un todo integrado, en nosotros no hay una división mente-cuerpo, sino una realidad integrada y compleja, por ello un desequilibrio vital se refleja en el cuerpo, y los desequilibrios del cuerpo los percibe el Shén.


Shén es un principio creador que no solo rige los aspectos físicos de una persona, sino también todo el conjunto de sus cualidades psíquicas y emocionales, además de la forma como se relaciona con el Universo; engloba todas nuestras facultades mentales, entre las que se incluyen el pensamiento racional, la intuición, el espíritu, la atención, la voluntad y el ego. El pensamiento tradicional chino distingue cuatro aspectos principales en el espíritu: “hun”, el alma humana, asociada con “Yang” y el Cielo; “bo”, el alma animal, asociada con “Yin” y la Tierra; “yi”, pensamiento y conciencia; “ji”, intento y fuerza de voluntad.


A diferencia del dualismo occidental, que santifica al espíritu como una entidad independiente situada por encima y más allá del cuerpo, el daoísmo considera el espíritu creador como el florecimiento de la Trinidad, donde la esencia (cuerpo) sirve como raíz y la energía (Qi) como tallo o tronco. Sólo unas raíces bien alimentadas y plantadas en un suelo fértil pueden generar un tallo resistente y hermosas flores. Las raíces débiles y desnutridas y las ramas secas y quebradizas sólo producen flores débiles y ajadas.


El espíritu creativo o creador que proviene del enfoque y la consciencia, la potencia que emerge al integrarse el pensamiento y la emoción, la intención y la acción. El desarrollo interno depende del abandono de la fuerza bruta para dar lugar a la sutileza de la energía interna; Shén, es la armonía de la mente con el cuerpo, que llega a su máximo en un momento en el que se libera en un instante la fuerza.


Un buen luchador puede ver la oportunidad de atacar instantáneamente cuando pasa por el ojo, pero es fundamental poder mantener la mente tranquila, reaccionar al mismo tiempo en que se mueve el oponente sin ningún pensamiento, enfocado solo en lo que ocurre aquí y ahora, ya que así la capacidad de ver, los movimientos ofensivos y defensivos se vuelven ilimitados.


Dicen las neurociencias


La meditación y la investigación de la mente son una práctica ancestral que ha tomado distintas formas a lo largo de la historia; estas prácticas han tomado un interés relevante en la actualidad debido a sus amplios beneficios para la salud.


Uno de los grandes avances en el siglo XXI, proporcionando herramientas y métodos que permiten una aproximación sistemática al estudio de los efectos de la meditación en el cerebro y la mente humana.


La investigación científica sobre la meditación y el desarrollo de la consciencia ha crecido significativamente a partir de los avances en las técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética funcional (fMRI), la tomografía por emisión de positrones (PET) y la electroencefalografía (EEG, que han permitido la observación de los cambios en la actividad cerebral asociados con la práctica de la meditación, revelando que esta práctica regular y sistemática tiene efectos profundos en la estructura y función del cerebro, así como en la experiencia subjetiva de la conciencia.




Uno de los hallazgos principales de la investigación sobre la meditación es su capacidad para producir cambios neuroplásticos en el cerebro, mismos que se reflejan en la densidad de materia gris de la corteza, el grosor cortical y la conectividad funcional entre diferentes regiones cerebrales; por ejemplo, se ha encontrado que la práctica regular de la meditación centrada en la respiración se asocia con un aumento en la densidad de materia gris en áreas del cerebro involucradas en la atención, la regulación emocional y la introspección, como el cortex prefrontal medial y el cortex cingulado anterior.


Además de los cambios estructurales en el cerebro, los estudios han mostrado correlatos neurales específicos asociados con la práctica de la meditación; es decir, que durante la meditación hay una mayor actividad en regiones del cerebro relacionadas con la atención y la autorreflexión, como el cortex prefrontal dorsolateral y el cortex parietal inferior, mientras que se observa una reducción en la actividad en regiones asociadas con la rumiación y la actividad mental dispersa, como la red de modo por defecto.


La investigación de la meditación también ofrece una ventana única para explorar estados alterados de consciencia, ya que en el transcurso de la práctica meditativa, las personas pueden entrar en estados de relajación profunda, atención plena, absorción meditativa profunda (jhanas) y experiencias místicas o trascendentales, lo que permite investigar cómo la conciencia puede variar y transformarse a través de la práctica meditativa.



"La práctica de las artes internas o externas requiere el gasto de energía. Si no reemplaza esa energía, se agotará. Entonces su entrenamiento lo debilitará en lugar de fortalecerlo. Lo que toma de su cuerpo que debes reemplazar. Por eso debemos seguir el San Bao" (DeMaría, s/a).


Espero que los artistas marciales estén más interesados en la raíz de las artes marciales que en sus diferentes y ornamentales ramas, flores u hojas. Es inútil argumentar que hoja aislada, que modelo de rama o que flor atractiva te gusta. Si entiendes la raíz comprenderás todos sus brotes” (Bruce Lee, 1990).


Los textos clásicos resaltan la importancia de la integración del cuerpo y la mente, del trabajo con los seis elementos centrales para que la intención se integre con el “Shén”, y la mente siga a la respiración como lo dijo el Buda arriba.

 



Referencias:


Las referencias y la versión original de este texto pueden consultarse en: Bezanilla, J. (2022). Wing Chun Kung Fu: “Gong fa” (功法) ver. 1.5. México: Flor de Ciruelo en: https://www.aacademica.org/jose.manuel.bezanilla/4

 
 
 

Comments


  • Instagram
  • Facebook
  • TikTok
  • YouTube

©2023 por Gong Fa Collective. Creado con Wix.com

Descargo de Responsabilidad

El presente sitio tiene como único propósito proporcionar información educativa y de orientación general sobre salud, bienestar, rendimiento deportivo y artes marciales. Esta información no pretende ser un sustituto de consejos médicos profesionales, diagnósticos o tratamientos.

 

Cada individuo es único, y las recomendaciones o técnicas mencionadas pueden no ser adecuadas o efectivas para todos. Por lo tanto, es crucial que los lectores consulten con un profesional de la salud calificado antes de adoptar cualquier práctica o estrategia mencionada en este sitio y nuestras redes sociales. Esto es fundamental para personas con condiciones médicas preexistentes, lesiones o aquellos bajo un régimen de entrenamiento deportivo específico.

 

Las imágenes, ejercicios y técnicas se presentan únicamente con fines ilustrativos y educativos. Los autores, editores y colaboradores de este sitio y ssu redes sociales no se hacen responsables de cualquier lesión o daño que pueda resultar de la aplicación incorrecta o imprudente de las estrategias mencionadas.

 

Al utilizar la información proporcionada en este sitio y sus redes sociales, el lector o usuario lo hace bajo su propio riesgo y asume toda la responsabilidad de cualquier resultado. Se recomienda encarecidamente buscar la orientación y supervisión de profesionales de la salud para un manejo adecuado de cualquier condición relacionada con la salud y el rendimiento deportivo.

bottom of page